Esta noche es la noche de la magia, la noche de los sueños. Quizá por eso deba hacer algo que debí hacer mucho, muchísimo tiempo: echar el cierre a una fábrica de sueños que desde hace mucho no fabricaba sueños ni mantenía viva a pleno rendimiento.
Lo que empezó siendo un juego anónimo terminó siendo un punto de encuentro de amigos y de miles de lectores anónimos que durante años se sumaron, unos de paso y otros como obreros, a una fábrica que funcionaba a trancas y barrancas, unas veces por pereza, otras por falta de tiempo.
Aquí quedan reflexiones y emociones compartidas, el recuerdo de noches interminables y mágicas, sonrisas, lágrimas, alegrías, encuentros y desencuentros, retazos de vida y pensamiento, el rumor de las aguas de Cádiz, la piedra dorada de Salamanca, la luna llena vistiendo de blanco a Zamora.
Esta noche es la noche de la magia, la noche de los sueños. Hoy es la noche de cerrar esta fábrica sin sueños y hacerlo sin mirar atrás porque todo lo que no se mima se deja morir y de aquella fábrica que fue un día sólo queda el título y una dirección en internet.
Quedan cerradas, para siempre, las puertas de esta fábrica, apagadas sus calderas, muda su maquinaria desengrasada. Gracias a todos los que en algún momento entrásteis de puntillas y soñásteis conmigo.
Pasamos página, seguimos soñando.
martes, 6 de enero de 2015
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